"Quien ama a las estrellas no tiene miedo a la noche. Ellas están ahí, pero ya nunca las miramos..."
domingo, 28 de noviembre de 2010
Romance asonantado
lunes, 27 de septiembre de 2010
Ausencia de vos.
martes, 21 de septiembre de 2010
Mi don... Fluía...
O las manos entrelazadas.
sábado, 11 de septiembre de 2010
El Guardián.
domingo, 5 de septiembre de 2010
Aunque no lo creas...
sábado, 17 de julio de 2010
Dímelo tú.
He llorado tantas veces tu nombre,
que cada noche que paso sin tenerte
he de descontar un pétalo a la flor del presente.
Justamente ellos me recuerdan...
Que ya no me quieres.
Y al alba cuando despierto,
aún no sé discernir
si alguna vez te tuve,
o no fuiste más que un invento.
Porque no hay castigo peor,
ni pena más grande.
No hay dolor más agudo,
ni delito más grave.
Quién se atreve a juzgarme
si en el fondo cargo con un secreto tan puro,
que no merece muerte ni cárcel.
O quizás sí.
Para arrancarme las ganas de escribir.
De existir padeciendo.
De intentar vivir, sin hacerlo.
Fue una pena,
ser tan tuyo como de nadie.
ser tu tan mía como de todos.
Qué más da ahora ser o no ser,
eso fue tan solo un recurso shakesperiano.
Sin embargo el sufrimiento que me produces
es tan extremo y tan inhumano,
que aún no sé por qué te sostengo en mis manos.
Después del tan amargo daño,
por qué sigo velando los sueños de antaño.
A quién acudo.
Cómo te espanto.
Al corazón ahora,
cómo lo engaño.
Te guardo en recuerdo,
o te arranco de cuajo.
Será que te quise,
o será que te amo.
El Guardián.
Photo by NOX
viernes, 16 de julio de 2010
Condenados a perseguirnos.
El Guardián.
Photo by VFallingV
lunes, 5 de julio de 2010
Sin desvirtuar la palabra.
La gente empieza a desvirtuar las palabras
desde temprano.
Así, cuando llega la noche,
ya no significan nada.
Por eso yo no te lo digo,
ni te lo canto,
ni te lo escribo.
Quiero tener algo nuevo que decirte
el día que tenga que despedirte.
Algo sincero, que ni suene a excusa ni a reproche.
Quizás me guardo demasiadas cosas.
Tal vez no sepa como transmitirlas.
A lo mejor no me atrevo.
Es posible, que no debiera decirlas.
Pero no seré yo el único exento de la libertad,
de la que tanto alardea el hombre.
Voy a decirte esto muy bajito.
Tanto que hasta olvides que te lo he dicho.
No volveré a repetirlo, me limitaré a demostrarlo.
Te lo voy a grabar en la piel,
y me da igual que lo beban otros labios.
Lo que yo creo para ti, para otros será veneno.
El de la duda. ¿Cómo podrán superarlo?
Voy expandirme por ti como perfume.
A susurrártelo para que te recuerde
a la caricia de la pluma sobre la seda.
Esta palabra será a partes iguales,
anhelo y condena.
Recuerda que el desparpajo
fue de de dios al crearte,
no de mi al describirte.
No te creas por eso mis líneas torcidas.
Cree mis palabras sinceras si un día te dicen…
“Te amo.”
El Guardián
Photo by *AstreDeNuit
lunes, 28 de junio de 2010
A la Gran Musa.

Definitivamente y hasta nuevo aviso,
la gran musa se ha ido.
Debió ser que la perdí por el camino.
La de la túnica color plata
y el cabello del color de mis sueños,
por el que tantas veces enredé
mis dedos convertidos en versos.
Ahora que el reloj se ha detenido,
soy consciente de que llevo días
entre musas mediocres
y ya me parecen siglos.
Vacío de inspiración.
Huérfano de palabras,
de las que transmitían
y de las que emocionaban.
De ambas, de todas.
Y así como de la nada
me sale parentesco con la desesperación
y con la desgana.
Más amigo de lo vulgar,
y mucho menos de la esperanza.
Desanimado por no animarme
con quien no encuentro ánimo alguno.
Desterrado del mundo que creé,
y por el que vivo.
Si es que aún vivo,
si es que aún queda mundo,
y hay con quien vivirlo.
De todo ello, el dolor,
es lo único a lo que no le guardo cariño.
Si he de dejar de existir como poeta
para que no duela,
entonces tendré que extinguir al “yo” que vuela.
Y morir de pena de perderte.
Morir buscando tu brillo.
Morir tras tu estela.
Morir preso de ti, o morir contigo.
Morir de viejo, o morir maldito.
¿Cuál sería la diferencia?
Si al final todo es morir,
y la gran musa, morir conmigo.
Pero tranquilo, olvido.
Que aún muerto se cuidar de mi mismo.
Y aunque durante un tiempo
–que puede ser eterno-
Escriba desde el infierno,
Sé que tarde o temprano
Lo haré desde el cielo.
La pluma que escribió para las estrellas,
Volverá a escribir desde ellas.
El Guardián.
Photo by Susan_Coffey
lunes, 21 de junio de 2010
Quizás mañana...

El aire enrancia el ambiente,
más no tu mirada.
Radiante por la mañana,
expresiva,
reminiscente con el amanecer,
furtiva.
Buscas el haz de mis ojos.
Yo soy consciente de que me miras.
Ves lo que no soy, porque no me conoces.
A lo único que llegas es a perderte por mis facciones.
A intuir el color de mis emociones.
Yo veo en ti lo que busco y por lo que suspiro.
Lo que me mueve, lo que respiro.
La sola gota que de ti caiga,
desbordando el vaso de mi inspiración.
Y entonces surjan adjetivos que nadie emplearía,
para definir tus labios, tu sonrisa.
El tono tostado que tiene tu piel,
la manera de enredarte los dedos en el pelo,
esa elegante forma de girar el cuello…
Nadie sabe como yo, aunque no me lo cuentes,
la carga de miedos que ahoga tu corazón,
la manera en que el dolor paraliza tu mente.
Las veces que cuando el mundo te vence,
claudicas sin oposición,
ante él yaces inerte.
Y lo sé porque lo he visto en tus ojos,
lo he leído en tus gestos.
Lo sé porque tu soledad me grita.
Tu monotonía es casi tan grande
como tu ansia de destierro.
¿Destierro a qué tierra?
Si ninguna te calma,
si lo que buscas es cielo,
y yo puedo darte las alas.
Ahora lo que no sé,
es como hacer para salir indemne,
y aguantarme las ganas de volver a verte.
No tener que quererte,
significa no tener que perderte.
Aunque con ello maldiga mil veces mi suerte.
Poco más puedo hacer que callar,
y respirar el aire desahuciado de tus pulmones.
La fe que te sobra,
la candidez que desprendes.
Solo queda huir,
ahora que el reloj me advierte que pasó una hora,
desde que te vi y empecé a escribir,
hasta que dejé de ser,
-Aunque solo fuera en palabras-
parte de ti.
Has sido musa involuntaria, pero yo me voy.
Como me voy siempre.
Como se van los poetas.
Para embriagarse de otra.
Para adueñarse de miles.
Para leer miradas ajenas.
Para adormecer corazones en vela.
Para traer la candidez al alma.
Para ahuyentar la pena.
Me voy para ser.
Como hoy fui en Sara,
Como mañana seré en Gabriela.
De ilusión en ilusión,
hasta encontrarla a Ella.
El Guardián.
Photo by turuncuaz